domingo, 28 de octubre de 2007

Comentario al artículo, “Herramientas de la mente y el metacurriculum” del D. N. Perkins, Ph.D.

Quiero comenzar el comentario de este artículo compartiendo una experiencia personal. Se trata de la convivencia que tuve con una compañera de la secundaria a la que los doctores sentenciaron con un nivel de inteligencia ínfimo. Le dijeron a sus padres que no iba a llegar muy lejos en su desempeño intelectual y calcularon que si terminaba la educación primaria iba a ser un verdadero logro. Cuando ella saltó el primer bache ideológico y concluyo la primaria, entró a la secundaria y decidió que esa sería su última formación. Cuando me lo contó yo me quede sorprendida, porque la verdad era una de las compañera más inteligentes que conocía. Me dijo que no tenía pensado hacer ningún examen para el bachillerato porque ella era bien burra. Ya saben después vino todo el proceso de convencerla de que no era así. Realizó el examen a la UNAM y no se quedó, esto afirmó su primera sentencia. Después se le hizo ver que el resultado negativo de su evaluación se debía principalmente al nerviosismo y falta de confianza. Se quedó en un CETyS y continuó con sus estudios. Luego hizo la universidad y ahora es una de las escasas compañeras de la secundaria que está haciendo estudios de posgrado. Esto quiere decir que superó por mucho las expectativas médicas. De hecho ahora pertenece al 1% de población que logra acceder a estudios de posgrado. ¿Los doctores se equivocaron y en realidad siempre fue una brillante mujer? La verdad está no es una típica historia de superación personal y no quiero que transitemos por ese camino. Más bien este es un relato de exclusión y segregación, como los miles de relatos que escuchamos cotidianamente.
En realidad el problema de la compañera era un descuido y abandono por parte de lo que conformaba todo su entorno social, desde familiar hasta médico, claro está pasando por un buen número de docentes miopes. Aunque la compañera ahora está en un nivel de maestría no se le ha podido borrar la ancestral inseguridad en ella misma que a ratos la sesga y la hunde en verdaderos estados de angustia académica. ¿No les ha pasado alguna vez algo por el estilo?

Pues bien, el “prestigiado” doctor nazi, aquel Mengele que murió huyendo de la justicia, realizó durante muchos años los peores experimentos humanos, muchos de ellos orientados a “medir” la inteligencia de la gente que por desafortunado azar o por selección llegaban a sus manos. ¿Qué tienen en común estos dos ejemplos tan distantes en el tiempo, las circunstancias y los espacios? Tal vez el primer punto en común es la omnipotencia y soberbia con las que muchas veces se maneja el conocimiento científico priorizando siempre alguna instancia de ser humano sobre otras. Pero más allá de eso, también está de alguna manera el profundo desprecio por el “otro” que puede ser medible y estudiable, concebido éste casi siempre como “una inteligencia que tiene cuerpo” y no como un cuerpo que, a demás posee inteligencia.

No quiero decir con esto que los estudios científicos, no sean una excelente herramienta para acercarnos al misterioso mundo de la mente humana. Ni mucho menos que estos conocimientos no sirvan para desarrollar los niveles de inteligencia, sobre todo en niños y jóvenes. Pero lo que si quiero resaltar es que hay que ser muy humildes y reconocer los límites de estos tipos de estudios científicos. Pues siempre queda una amplia zona indeterminada. Considero que eso es precisamente el excedente humano, esa zona que nunca podrá ser estudiada por nadie o mejor dicho, descubierta por alguien.

La pregunta de fondo que yo le plantearía al autor del artículo que ya todos o casi todos leímos es la siguiente: ¿no será que el problema de la inteligencia es algo que depende mucho del sistema social e histórico al que nos encontremos adscritos? Pues si hacemos un balance, la misma definición de inteligencia varía según la esfera hunaza en la que nos encontremos inmersos.

Para seguir con el mismo ejemplo, (y me disculpo de antemano si los agobio pero estoy trabajando el problema del holocausto y con alguien tengo que platicar sobre lo que reflexiono) en los campos de concentración alemanes se dio un fenómeno curioso y casi único. Los mejores científicos, humanistas e intelectuales fueron de los primeros en sucumbir ante la lógica concentracionaria invertida. En su lugar vivieron más tiempo y se adaptaron mejor aquellas personas que en nuestra sociedad solemos despreciar y considerar poco inteligentes: albañiles, mecánicos, electricistas, artesanos. Posiblemente si a Mengele se le hubiera ocurrido hacer pruebas de inteligencia o coeficiente entre un intelectual y un obrero la respuesta hubiera sido la misma. Tal vez el intelectual hubiera salido con mayor puntaje. Pero he aquí el enigma, los intelectuales tardaban mucho más tiempo en el proceso de adaptación al campo que los no intelectuales, que de hecho eran los que mejor se sabían mover en el mercado negro, los que mejores intercambios hacían y en una palabra, los que manejaban con mayor flexibilidad las leyes concentracionarias. ( y por cierto no es que fueran muy “elegantes”)

El problema aquí no radica en cuál de los dos tipos de personas es más inteligente, por sentido común podremos responder que ambos. Sólo que unos funcionan mejor en un determinado tipo de organización social y otros en otra.
Este que uso, es un ejemplo límite. Pero yo lo que les quería hacer ver es lo complicado que resulta tratar el tema de la inteligencia cuando se le aborda desde una perspectiva histórica y social.

Ahora bien, nosotros como docentes tenemos de antemano elaborada una noción de lo que es la inteligencia y un supuesto de cómo desarrollarla, aunque no lo tengamos muy conciente y tampoco lo queramos aceptar. Pero esas concepciones en mucho están determinadas por nuestra esfera social, histórica e ideológica que nos ha tocado vivir. El problema de la inteligencia es en el fondo también un problema de diversidad. ¿Acaso no nos resulta sospechoso que el hombre europeo considerara poco o nada inteligentes a los indígenas americanos, a las comunidades étnicas africanas o incluso a las etnias australianas? Ahora mismo, gracias a un criterio muy particular de inteligencia se seleccionan a los “mejores” estudiantes para ocupar los lugares de bachillerato de la UNAM, y a los “peores” se les manda a un CONALEP, modificando así, gran parte del destino, por lo menos académico, de miles de seres humanos que su principal problema no es de inteligencia sino de exclusión social y pobreza.

En el artículo el autor habla de tres dimensiones básicas de la inteligencia: neuronal, experiencial y reflexiva. Pues yo hoy que estoy muy sospechosa, sospecho de un artículo así. Vamos a echar a andar un poquito esa dimensión de la inteligencia que tan acertadamente el autor nos llama reflexiva, preguntémonos entonces: ¿serán estas las únicas tres dimensiones básicas de la inteligencia o se nos estarán escapando algunas otras?, ¿quién determina esas dimensiones? En mi opinión al autor se le escapa de las manos la dimensión crítica, que no es lo mismo que la reflexiva. Pues reflexionar quiere decir en términos muy generales reflejarse, mirarse desde fuera, desdoblarse para ampliar nuestra mirada y horizonte del mundo. Mientras que la crítica nos remite a los juicios, a la toma de postura. Son cosas bien diferentes aunque una nos lleve a la otra.

Más bien tendríamos que preguntarnos desde qué contexto el autor nos habla de inteligencia, y si dicho contexto es equiparable con el nuestro, con nuestro propio espacio docente. Tal vez suena muy atrayente la propuesta, pero si la vemos con cuidado suena más a funcionalismo revisitado que a otra cosa. Claro que posiblemente la barrera del lenguaje no nos ayude mucho para la comprensión total del artículo.

9 comentarios:

Armando dijo...

Gema:
Recuerda que somos amigos, me gusto el tratamiento que haces del artículo en especial al señalar que es muy complicado que tratar el tema de la inteligencia cuando se le aborda desde una perspectiva histórica y social. En efecto, cuando nuestros parámetros se circunscriben sólo a lo que histórica y socialmente un grupo de científicos ha plateado como lo aceptado, corremos el gran riesgo de no considerar el tema de manera holística y equilibrada. Ya Kuhn llamaba la atención sobre el sentido del paradigma, por no mencionar a Feyeraben y su lapidante comentario al método científico.

Claro, como tu haz mencionado, nosotros como docentes tenemos de antemano elaborada una noción de lo que es la inteligencia y un supuesto de cómo desarrollarla, aunque no lo tengamos muy conciente y tampoco lo queramos aceptar. Pero esas concepciones en mucho están determinadas por nuestra esfera social, histórica e ideológica que nos ha tocado vivir. El problema de la inteligencia es en el fondo también un problema de diversidad. Y tal vez es el sentido de la diversidad lo que nos hace despertar sospechas de lo que no esta socialmente aceptado o científicamente avalado. Nos vemos pronto: Armando Rubí Velasco.

Cecilia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alma Rosa dijo...

Muchachos filósofos, es un placer leer sus comentarios y les presumo que les entendí porque aprendí un poquito de filosofía con una colega con maestría en filosofía de las ciencias (Luz lazos). De hecho, ella fue la que me drestrozó el altar en que tenía a la Ciencia y "conocí" que el avance científico a veces se trauce en retroceso humano (por ejemplo, el holocausto, la bomba atómica, p.ej.)

La ciencia está construida por modelos temporales que sólo interpretan una pequeña parte de la realidad, que es un constructo humano...

Jan dijo...

Pues conucerdo contigo, no hace mucho salió la nota de que Wallace, un premio nobel por el modelo del ADN, dijo que las personas de color son menos inteligentes... Ese es el peligro de creer que podemos medir la inteligencia con el IQ e interpretar así como así. Los problemas que yo veo en la ciencia es que nosotros y nuestro entorno somos complejos, y nuestro entendimiento nos lleva a seccionar, a reducir para poder estudiar, y lo hacemos tanto que olvidamos integrar de nuevo y nos quedamos con este pensamiento reduccionista. Olvidamos el TODO, y queremos hacer leyes... ojalá el holismo tenga mayor impacto en nuestra vida y en nuestra práctica docente.

Tesalia dijo...

hola a todos y todas Gema me gusta mucho como escribes. No lei el artículo de Perkins, al hacer la lectura del otro artículo donde tambien se menciona a Perkins y su clasificación de las inteligencias me quede con algo que no me gusto y a leer tu análisis me di cuenta de lo que es. Mi pregunta a este autor sería en que se basa para dividir la inteligencia en tres clasificaciones,me imagino que debe tener estudios que lo respalden. Respecto a si alguien es más inteligente que otro. parece que esta regla no se cumple
y lo observamos con nuestros propios alumnos e incluso compañeros que hemos tenido, siempre econtramos a alguien que se siente tonto, burro etc. por que así se lo han hecho sentir, y que sin embargo son exelente en algun área. A mi por ejemplo no se me dan las matemáticas y aunque me esforce enormemente para sacar adelante esta materia siempre tuve un suficiente. Y siempre me dije soy una burra ya en la universidad me aplique y logre pasar esta materia bien. Y todo esto gracias a una amiga (física) que me dio clases(curso intensivo) con bolitas y palitos aprendi matemáticas y pase mis cursos por cierto uno en extraordinario y fui la única que pase con S que para mi equivale al 10.Creo que siempre hay algo en lo que no nos distinguimos esto no significa que no tengamos inteligencia.

ALEJANDRA dijo...

Hola Gema:
Acabo de leer tu comentario acerca de la inteligencia y me parece que rescatas puntos críticos importantes en el análisis, coincido contigo en varias observaciónes que haces sobre el ser o no inteligente, todo depende de la visión social, histórica y cultural para dar una buena crítica sobre qué es la inteligencia. Tu pregunta me hizo pensar un rato sobre cuáles serán las otras diminsiones de la inteligencia... hablas de la dimensión crítica, que no es lo mismo que la reflexiva, creo tienes mucha razón pues reflexionar quiere decir en términos muy generales reflejarse, mirarse desde fuera, desdoblarse para ampliar nuestra mirada y horizonte del mundo. Mientras que la crítica nos remite a los juicios, a la toma de postura. Son cosas muy diferentes aunque una nos lleve a la otra... ¿primero reflexionas y luego critícas?...
saludos
alejandra

Yuyin dijo...

En algún otro blog comenté también una experiencia con un alumno al que los doctores también le auguraron fracaso. Pero nosotros los maestros hacemos la diferencia, ya sea para impulsarlos o para reprimirlos más. Yo tomó la primera opción y hay que dajar de ser miopes como los profesores que comentas de tu amiga.

Cecilia dijo...

Ahora cambio mi comentario, siempre me impresionan los casos difíciles que veo en el hospital. Esta semana me fué mejor.
Jan no te preocupes por los comentarios de Watson, a él siempre le ha gustado ser espectacular aunque no sepa mucho del tema.
Me gusta el comentario de Yuyín, los docentes podremos marcar la diferencia y Armando explicita que sabemos como desarrollar la inteligencia.
Nota: Wallace escribió sobre las cuestiones evolutivas y discutió mucho con Darwin, de hecho tuvieron una comunicación muy directa.

Jorge Aaron Garciafigueroa Asencio dijo...

Hola gema.
ahora que estoy leyendo a Perkins desde otros artículos me doy c uenta de la visión global de la inteligencia y de las herramientas de la mente que el confiere en su artículo.
en general creo que el replanteamiento del modelo de inteligencia es necesario y pertinente.
si de la inteligencia pasamos a la cognición, nos daremos cuenta que lo que perkins está proponiendo es un marco en el cual se pueda insertar la sdistribución de la cognición conrespecto del medio y de los artefactos.
para la cognición disttribuida, ciertamente la concepción tradicional de inteligencia como algo situado en el individuo y en su mente es algo anacrónico. para dicha postura, la inteligencia es más que una propiedad de los entes, una dinámica en acción cuando varios elementos, entre ellos, los agentes participan del porceso de creación cultural y de resolución de problemas.
ciertamente un replanteamiento de la inteligencia nos lleva a transformar nuestra perspectiva de la enseñanza y el aprendizaje.