domingo, 14 de octubre de 2007

Comentario al artículo, La instrumentación didáctica del trabajo en el aula, de Ofelia Eusse Zuluaga.

Ofelia Eusse Zuluaga, profesora investigadora del CISE, aborda la amplia problemática educativa desde una doble perspectiva: la teórica y la experiencia concreta. Por ello me parece un artículo completo que nos puede ayudar tanto en nuestra práctica docente, como en nuestro ejercicio profesional a corto y largo plazo.
El artículo está dividido en cuatro apartados: 1) Instrumentación didáctica y las actividades de aprendizaje, 2) El aprendizaje en el aula, 3) Revisión de algunos conceptos y 4)Organización de las actividades de aprendizaje.
En el primer apartado la autora resalta que hablar de instrumentación o implementación en el proceso de enseñanza-aprendizaje es hablar de didáctica, lo cual me parece muy importante, pues la didáctica es una disciplina mixta en la que se integran aspectos teóricos de diferentes ciencias sociales y humanas y aspectos prácticos que surgen de la reflexión de la intervención en el aula. En este sentido, las actividades que se desarrollan en el aula cobran una gran importancia, pues en gran medida depende de ellas el cumplimiento o no cumplimiento de los objetivos de aprendizaje, que por lo regular están señalados en los planes y programas de estudio.
La autora define las actividades de aprendizaje como, “formas, medios sistematizados para lograr el desarrollo del aprendizaje en un grupo, e implican la acción o las acciones del grupo.”4 Pero, dichas actividades deben ser entendidas como un medio para cumplir las tareas y alcanzar la finalidad grupal, cuando una actividad se convierte en el fin en sí mismo se empobrece la dinámica misma y se corre el riesgo de no cumplir con los objetivos de aprendizaje. Algo que me pareció muy importante de este apartado fue la propuesta de la autora de incluir a los alumnos en la toma de decisiones de dichas actividades, pues para lograr experiencias de aprendizaje significativas es necesario considerar lo que los estudiantes necesitan experimentar para que logren integrar esas experiencias. Esta situación nos conecta inmediatamente con el segundo apartado, pues el él la autora señala que es el aula el lugar en el cual los maestros y alumnos desempeñan la tarea común de lograr aprendizajes. Pero también es el sitio donde se pone a prueba la capacidad de quien va a coordinar ese proceso. Me parece fundamental que la autora considere al docente como coordinador de un proceso grupal y no como el eje centrar y más importante, tal como se plantea desde una perspectiva educativa tradicionalista y bancaria. La principal función del profesor como coordinador es promover la interacción grupal, pero también observar los roles de dicha interacción, esclarecer las relaciones del objeto de estudio con los intereses del grupo, promover la participación grupal, entre muchas otras funciones. Por todo ello, un docente no sólo debe manejar el área de conocimiento que le corresponde, sino también los elementos que están presentes en toda la situación de aprendizaje.
Es importante resaltar que en la situación de aprendizaje que se establece en el aula, interviene la historia personal de todos los integrantes, incluyendo al profesor. Es precisamente esa historia personal la que determina el surgimiento de diferentes formas de interacción, que puede ser entendida también como aportación personal al grupo para la promoción de aprendizajes. Por aprendizaje entiende la autora, “un proceso dinámico en el cual están involucrados maestro y alumnos y en consecuencia intervienen todas las acciones del ser humano, ya sea desde el punto de vista afectivo, cognoscitivo, corporal o social.” (pág. 8) Por esta razón el maestro debe estar al tanto de sus propias limitaciones, y de la formación educativa que él mismo ha recibido a lo largo de su experiencia de aprendizaje. Por ejemplo, si un maestro se ha formado en un sistema tradicionalista y autoritario, probablemente reproduzca estos esquemas de comportamiento con sus propios alumnos, creando un vínculo de dependencia donde el maestro se manifiesta poseedor de la verdad y los alumnos un ser dependiente en el aula y fuera de ella. Por eso la característica básica de un coordinador debe ser la renuncia al impulso de dominar a los alumnos. Debe, mejor, establecer comunicaciones adecuadas, coherentes, sencillas y humanas con los alumnos.
Bajo este esquema la comunicación cobra una importancia fundamental, pues ella facilita la comprensión y el conocimiento recíproco. El esfuerzo por comunicarnos con los alumnos es también una actitud de ética y respeto, ya que los alumnos al igual que los maestros tienen diferentes necesidades, tales como afiliación, prestigio, seguridad, autorrealización, entre otras.
En el tercer apartado, la autora resignifica el concepto de didáctica, considera que ésta no puede analizarse como una disciplina esencialmente técnica, pues implica una combinación de los niveles teórico, técnico e instrumental. La didáctica sólo se puede entender de esta manera si se inserta en un proceso de enseñanza-aprendizaje más amplio.
Por último, la autora resalta en su apartado final que en la organización de las actividades de aprendizaje se deben tomar en cuenta los principios de continuidad (periodicidad con que un mismo elemento se presenta al alumno), secuencia (orden y grado de profundización con que deben darse los elementos en el tiempo de estudio) e integración (efecto acumulativo que permite al alumno visualizar el mundo cultural, social y científico que lo rodea como un conjunto armónico e interdependiente, con relaciones e influencias mutuas)
También es importante considerar que el proceso de enseñanza-aprendizaje se construye a través de tres momentos fundamentales: apertura, desarrollo y culminación.

7 comentarios:

Jan dijo...

Entonces si estamos deacuerdo en que esta lectura nos habla sobre la importancia de la planeación de nuestra práctica docente, tomando en cuenta no solo a nosotros: a los alumnos, el contexto, el tema, las actividades, etc.

Alma Rosa dijo...

Estamos de acuerdo. Esta información nos ayuda tanto en nuestra práctica docente a corto (en MADEMS) y largo plazo (en la institución donde trabajaremos).
Tu punto de vista sobre la comunicación como una actitud ética y de respeto, me ayudan a reflexionar lo que he aprendido en la asignatura de ETICA DE LA PRÁCTICA DOCENTE, cuando la Doctora Lety nos argumenta que la libertad y la autonomía de todo ser humano nos hace diversos y sumado a lo que nos ha dicho el maestro Canseco y tu comentario, lo entiendo como que dicha "diversidad de pensamiento" al socializarla (comunicándonos)
promueve el aprendizaje en cualquier circunstancia que vivimos (tal como lo dice tu colega Armando)...

Armando dijo...

Gongora:
Espero que tus relojes ya esten a tiempo. Lo cierto es que ambos coincidimos con la autora en que autora las actividades de aprendizaje son “formas, medios sistematizados para lograr el desarrollo del aprendizaje en un grupo, e implican la acción o las acciones del grupo.” Pero, dichas actividades deben ser entendidas como un medio para cumplir las tareas y alcanzar la finalidad grupal, cuando una actividad se convierte en el fin en sí mismo se empobrece la dinámica misma y se corre el riesgo de no cumplir con los objetivos de aprendizaje. Algo que nos parece importante de este apartado fue la propuesta de la autora de incluir a los alumnos en la toma de decisiones de dichas actividades, pues para lograr experiencias de aprendizaje significativas es necesario considerar lo que los estudiantes necesitan experimentar para que logren integrar esas experiencias. Así el docente es coordinador de un proceso grupal y no como el eje centrar y más importante, tal como se plantea desde una perspectiva educativa tradicionalista y bancaria. La principal función del profesor como coordinador es promover la interacción grupal, pero también observar los roles de dicha interacción, esclarecer las relaciones del objeto de estudio con los intereses del grupo, promover la participación grupal, entre muchas otras funciones. Por todo ello, un docente no sólo debe manejar el área de conocimiento que le corresponde, sino también los elementos que están presentes en toda la situación de aprendizaje. Por tanto, en tanto docentes, no somos el foco de atención del proceso de enseñanza-aprendizaje. Si bien somos una parte, no somos lo único. Lo cual no debemos olvidar. Hasta pronto: Armando Rubí Velasco.

Cecilia dijo...

Verdaderamente, el artículo es un apoyo muy puntual para apoyar la práctica docente, en cuanto al la estructura del trabajo en el aula y también en la comunicación vista como una actitud seria, de respeto y aceptación de la pluralidad cultural.
Coincido con Armando en el hecho de que el logro de experiencias de enseñanza y de aprendizaje significativas, contemplemos la necesidad de experimentación para que permitan relacionar la experiencia con la teoría, en un metaconocimiento. Con el docente apoyando la experiencia educativa .

ALEJANDRA dijo...

Hola Gema:
Creo que este y otros artículos que hemos revisado durante nuestro paso por madems nos serán de gran ayuda para mejorar día con día como docentes, necesitamos integrar un mundo con todas las componentes que posee el ser humano, el aspecto ético, moral, filosófico y emocional casi siempre se queda al margen, siendo el aspecto intelectual y el actitudinal los que predominan, pero recordemos al Dr Mauricio Beuchot... lo que debe predominar es "la diferencia" y la diferencia la marcamos nosotros como docentes al romper con el esquema tradicional y prepararnos para ese reto de ser mejores docentes.
saludos
alejandra

Yuyin dijo...

Lo que te tengo que comentar es que escribes muy bien, eres muy clara los argumentos de tus ideas, se lee con fluidez lo que expresas, tiene una secuencia, etc muchas felicidades en verdad!!
De lo que escribiste creo que hay un acuerdo generalizado en la planeación, en tomar en cuenta a los alumnos, etc.
Le comentaba a Armando que me explicara una palabra, pero tu también la utilizas aparte de otras, como diacrónico, dialogismo, etc.

Jorge Aaron Garciafigueroa Asencio dijo...

Hola gema.
reflexionando sobre las actividades de aprendizaje, cada vez me convezo de que son la parte más dificil de armonizar en el conjunto de la planeación e instrumentación.
Y esto por que me doy cuenta de que no estamos capacitados teorica y practicamente para el trabajo en equipos, es decir, ser un facilitador de actividades de aprendizaje.
Como dicen algunos textos: las actividades deben estar orientadas a un fin concreto que sea una habilidad o la obtención de algun conocimiento explícito y actitudes implícitas.
enton ces teniendo esto en cuenta, cómo logramos que las actividades que planeamos sean ajustadas a nuestros objetivos?

Por el momento me queda claro que en el diseño de las actividades debe de darse una proporción entre juego y conocimiento, de lo contrario están condenadas al fracaso por el extremo de cualquier polo.

pues ahora me he conseguido un librito que se llama "dinámica de grupos" y me está ayudando a entender de manera amplia la manera en que se organizan los grupos y las diferentes variables que entran en acción al organizarse un grupo, los roles que se siguen y las dinámicas mismas que pueden presentar. me nació la inquietud de profundizar en ello desde la lectura de este artículo, creo que es un buen recurso para mejorar en el diseño de las actividades.
Bueno, eso es todo, hasta luego!